viernes, 2 de abril de 2010

EXPERIENCIAS DE VIDA

Desde que nació mi hija y desde el mismo momento en que la vi en la incubadora, le dije ... Princesita estás aquí para darte y darnos amor, eres una niña valiente, hermosa, con muchas ganas de vivir, aquí estoy...aquí estamos , te amamos. Son palabras que recuerdo como si fuese ayer. Palabras que mi hija escuchaba todo el tiempo.


Estuve su primer año de vida trabajando mientras otra persona la llevaba a terapia y mi mamá me ayudaba con mi hija, hasta que un día me tocó decidir ente mi hija y mi trabajo. Tengo la suerte de contar con mi esposo y familia; y aunque hemos pasado por muchas circunstancias y dificultades pude dedicarme a ella por completo.


Poco a poco con el pasar de los días, en cada terapia física, mientras crecía se notaba la inconformidad, el dolor que le producía un estiramiento, el tenerse y tenerla que someter dos veces al día todos los días a ese dolor.


Al principio al ver como ella lloraba con los estiramientos mis ojos se llenaban de lágrimas, por mi cabeza pasaban tantos pensamientos: El querer salir corriendo de ese lugar y nunca mas hacerle una terapia para que no sufriera mas; cuestionamientos... ¿que pasaría si no se las hacemos mas?, ¿Que me dirá cuando sea grande y tenga 12 o tal vez 15 o 20 o 30 años? y allí encontré la respuesta.

Me dio mucho miedo, sí, miedo pensar que algún día me fuese a decir Mami por qué no me hiciste las terapias, por qué no me diste la oportunidad, y eso me aterró.



Así que me dije a mí misma, María Fernanda eres una madre de una pequeña luchadora y debes darle ejemplo, cada día 2 veces al día inicie lo que autonombre TERAPIA DE AMOR; mientras el fisioterapeuta realizaba los ejercicios con mi hija, Yo estaba a su lado dándole todo el apoyo, ayudándola a realizarlos y diciéndole frases como:

vamos mi campeona!, Tú puedes hacerlo!, eres una niña hermosa!, eso es!, bravo preciosa lo lograste!, te amo mi chiquita! así se hace!, estoy orgullosa de ti!. Después le daba un fuerte abrazo y la besaba. Su padre la felicitaba todos los días después del trabajo.


Eso hizo que mi relación con mi hija sea mucho mas fuerte; en la terapia no estaba sola, eramos dos quienes estábamos al frente; fue fantástico notar el cambio, el empeño y el esfuerzo que siendo a penas una bebe se notaba. Nuestras familias, amigos,los fisioterapeutas y hasta los médicos vivieron el cambio, fue increíble.

Es importante que en cada caricia, en el momento del baño, en cada masajes después del baño, en las terapias, en cada momento del día; les hablemos a nuestros hijos desde antes de nacer y despues cuando son bebes, son niños, adolecentes, etc, y digamos lo mucho que los amamos, y lo importantes que son para nosotros, siempre en forma positiva.


Esto crea en nuestros hijos un nivel de autoestima alto, confianza, respeto, entusiasmo, los estimula a la solucion de problemas, son personitas mas despiertas, decididas, independientes, responsables, dinámicas, amorosas, sociables.